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Sea bienvenido al Centro de Estudios de Judaísmo Nazareno Derej ha Shem, ubicado en la ciudad de Covina, California, EUA.

Derej ha Shem es un Centro de Estudios de Judaísmo Nazareno ubicado en la ciudad de Covina, California, orientado para hombres y mujeres que se sientan conectados con su identidad judía y quieran descubrir o profundizar en el judaísmo enseñado por nuestro santo maestro Yahushua ben David de Natzrat, conocido por las gentes como Jesús, en un ambiente cálido, agradable y de manera intuitiva.​

¿Quiénes somos? Somos linaje de Abraham, miembros del pueblo de Israel que nos distinguimos por ser discípulos del Rabí Yahushúa de Natzrat. No somos una secta o un culto tal y como es entendido en el sentido moderno. Tampoco somos un movimiento hibrido del cristianismo y el judaísmo. Nos conceptuamos como movimiento judío seguidor de las cuatro corrientes teologicas fundamentales de los Escritos Sagrados: El Nombre del Padre Eterno, la Toráh, el Remanente Santo y el Mesías.

 

La Misión de Derej ha Shem es hacer tikún (corrección): Buscando al Eterno y sus caminos. Estudiando, enseñando y poniendo por obra la Tórah y las enseñanzas de su Mesías.

 

La Labor de Derej ha Shem ha sido juntar fragmentos de la verdad que el judaísmo nazareno aportó a la corriente principal del judaísmo del Segundo Templo. Los cuales han estado esparcidos y sepultados por dos milenios de tradiciones paganas, cristianas y judías medievales, a fin de presentarlos al pueblo de los redimidos, no como nuevos, ni como nuestros, sino del Eterno, bendito sea su Nombre. 

Llegar hasta ellos requiere oración, ayuno, paciencia, humildad y una enorme cantidad de estudio, pero están ahí. Corresponde al investigador amante de la honestidad actuar con una mente abierta y madura, sin aceptar ni rechazar nada en bloque; analizando el todo al igual que sus partes, para luego determinar la validez del testimonio.

Nuestro humilde trabajo, pues, ha consistido en reconstruir, ajustar y armonizar, más bien que en originar, para luego presentarlo a las gentes de una manera amena y simple.

La sustancia, las necesidades del espíritu no cambian con las épocas, pero, hay siglos en que el hombre se aferra más a la verdad. Esto aplica al siglo I E.C., cuando Yahushúa Rabenu (Jesús nuestro maestro) fundó una academia rabínica que llevaría el Ser Supremo de Israel a las naciones gentiles. Esta antigua asamblea entendía la vida como un continuo proceso de descubrimiento. Amaba la verdad como la más pura expresión de la libertad, como un desafío constante. Probablemente porque la verdad es el símbolo de la eternidad que destruye todo recuerdo de una mentira y todo temor a un fin.


 

Si usted tiene un deseo similar le invitamos a que nos visite. Le prometemos que se sentirá como en casa.

 

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